En los últimos años, jugadores de futbol, basquetbol, boxeadores, nadadores y atletas no sólo han sorprendido al mundo con sus resultados deportivos también lo han hecho por su aspecto físico, que muestra evolución o incluso hasta una obsesión.
CRISTIANO
RONALDO
"Es un poco raro, no se permite comer ni un chocolate, ni tomar una cerveza o una copa de vino", se escucha sobre Cristiano Ronaldo en el vestidor del Real Madrid, incluso la alimentación es tan bien cuidada por el portugués que trajo a su madre a Madrid para supervisar que sus alimentos no tengan nada de grasa. En su menú abunda el pescado y las verduras al vapor. Además de un ardúo entrenamiento. "Compite como entrena. Llega el primero a la Ciudad Deportiva, se machaca en el gimnasio y es un perfeccionista. Se cuida mucho", dice Zinedine Zidane.Tiene instalado un gimnasio en su casa, donde complementa el ejercicio del día, además de dormir más de 12 horas al día. Cristiano sabe que los excesos no llevan a nada bueno, ya que su padre murió a los 51 años por problemas con el alcohol y su hermano Hugo cayó en las drogas, aunque aceptó entrar a rehabilitación.
KOBE
BRYANT
Competir con atletas de 35 años requiere un gran talento y un físico excepcional, aunque también una ayudadita extra. El basquetbolista de los Lakers de Los Ángeles pone especial énfasis en su cadera, por lo cual utiliza y se ayuda de pilates, misma técnica que usan, entre otros, Carles Puyol y Tiger Woods. Es tal la obsesión de Kobe, que lleva a un profesor especializado a diferentes giras que realiza. Otro de los secretos de Kobe fue revelado por Blake Griffin, quien divulgó que Bryant gusta de andar en bicicleta por la noche hasta la madrugada y al otro día está listo para entrenar a temprana hora. Bryant cree que es fundamental darse tiempo para realizar diario una rutina de ejercicio, tener una dieta equilibrada y compensarla con pequeños antojos, ayudar a otros da energía, olvidar los problemas y no olvidarse de vivir.
LEBRON
JAMES
Cuando entró a la NBA, LeBron no cuidaba su alimentación, su debilidad eran la hamburguesas, sin embargo debido a los resultados, pese a su talento, cambió su actitud. Descubrió el yoga y, de la mano de su preparador personal, comenzó una rutina a base de alimentos energéticos y mucha fruta, masajes y una siesta diaria. "El yoga no trata sólo del cuerpo, te educa mentalmente. Sus técnicas de concentración me ayudan. Haciéndolo te puedes hacer daño si no estás concentrado en la postura que adoptas y en cómo respirar", dijo LeBron. Además de la práctica diaria, tanto en duela como en el gimnasio, LeBron calienta para cada partido como si se tratara de un entrenamiento extremo.
JUAN MANUEL
MÁRQUEZ
Para su cuarta pelea contra Manny Pacquiao, misma que ganó por nocaut, el "Dinamita" explotó su físico. El preparador físico, Ángel Heredia, también conocido como Ángel Hernández después del escándalo de los laboratorios BALCO, que derivó en el despojo de las medallas olímpicas de Marion Jones, preparó al capitalino, quien entrenaba diariamente en la madrugada y luego por la tarde realizaba otra sesión de ejercicio, en las que incluía el crossfit, además de los ejercicios propios del pugilismo. Además de una dieta rigurosa, misma que cambia de acuerdo al estilo de su rival, Márquez utiliza la orinoterapia, que consiste en beber la propia orina, que ayuda a eliminar el cansancio y aumentar la potencia.
MICHAEL
PHELPS
Empezar el día desayunando tres sándwiches con huevo y queso, dos tazas de café, un omelette con cinco huevos, tres tostadas francesas con azúcar y un plato con sémola es algo normal para el nadador Michael Phelps. Según la BBC, en la comida, Phelps come medio kilo de pasta enriquecida; dos sándwiches de jamón y queso en pan blanco con mayonesa, lo que acompaña con varias bebidas energizantes. Ya para la cena, Phelps ingiere más pasta y pizza. El máximo ganador de preseas olímpicas ingiere 12 mil calorías en un día, mismas que puede llegar a consumir tranquilamente en una rutina de ejercicio. Phelps, quien podría regresar a competir para los JO de Río 2016, entrena diario de seis a ocho horas, tanto en la piscina como en el gimnasio, donde pone especial atención a sus extremidades y abdomen.