Los personajes de Paolo Giordano avanzan página por página marcados

por fisuras emocionales, por grietas que aumentan invisiblemente por los errores

y los remordimientos y que, inevitablemente, los quiebran por dentro.

 

Si en "La Soledad de los Números Primos", su primera novela, el talento literario

del escritor italiano (Turín, 1982) se evidenció al darle forma a protagonistas rotos ante un entorno cotidiano de catástrofes individuales, en su segunda novela Giordano crea, de nuevo, personajes magistralmente complejos, pero ahora

los sitúa en el escenario de la guerra en Afganistán.

 

Los principales, el teniente Eggito y el subteniente René, llevan a cuestas no sólo a un grupo de jóvenes inexpertos al infierno de la guerra y el desierto (que los abrasa por fuera y por dentro, los transforma y hasta les extingue, por momentos,

la humanidad) también deben pelear contra el acoso continuo de su propia existencia y la perplejidad de no saber cómo engañar a la memoria de su pasado.

 

No deje de leer a este autor que, como señala Daniel de la Fuente en su columna "Hojeando", publicada los sábados en este periódico, escribe de manera envidiable.

 (Claudia Guerra)