Francisco ha dado algunas declaraciones y actuado de maneras que lo contrastan con sus antecesores. Aquí te presentamos algunos momentos representativos:
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Tras ser electo Papa, decidió seguir viviendo en un cuarto en Casa Santa Marta, donde se hospedó durante el cónclave, en vez de vivir en el departamento papal del Palacio Apostólico, rompiendo una tradición de un siglo. También anunció que no vacacionará en la tradicional residencia de verano en Castel Gandolfo.
Francisco optó por una vestimenta más austera que sus predecesores: usa sólo la sotana blanca, sin la capa o estola rojas, además de que, al igual que Juan Pablo II, decidió no portar los tradicionales zapatos de cuero rojo.
Durante el Jueves Santo, el Papa sentó precedente al llevar a cabo la ceremonia en una prisión juvenil en vez de las Basílicas de San Pedro o San Juan de Letrán. Además causó furor por lavar, en un acto inédito para un Pontífice, los pies de dos mujeres reas, una de ellas musulmana.
Para su viaje a Brasil, por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa pidió que se incluyera en su programa una visita a una de las favelas más peligrosas de Río de Janeiro, Varginha, y declaró que preferiría no ser acompañado por guardaespaldas.
En su trayecto por Brasil para la JMJ, Francisco decidió no usar la versión blindada del Papamóvil. "Siempre existe el peligro de que un loco haga algo, pero la verdadera locura es poner un espacio blindado entre el obispo y el pueblo", dijo.
Aunque esclareció que no cambiará su postura sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, el Papa generó conmoción cuando marcó un tono más conciliatorio hacia los homosexuales al declarar “¿quién soy yo para juzgar? No se debería marginalizar a las personas por esto” al término de la JMJ.
Hizo un llamado para que haya mayor involucramiento de las mujeres en la Iglesia, aunque rechazó que puedan ser sacerdotas. “Sobre la participación de las mujeres en la Iglesia no nos podemos limitar a las mujeres monaguillo, a la presidenta de Cáritas, a la catequista… pero en cuanto a la ordenación, la Iglesia ha hablado y dice no”, comentó.
En un gesto más de apertura, el Pontífice argentino indicó que tanto las parejas no casadas como los divorciados que se vuelven a casar no deben ser rechazados por la Iglesia, sino todo lo contrario. "Nuestro deber es el de buscar otra vía, dentro de la justicia, para ellos", indicó. En la actualidad, los divorciados en segundas nupcias no pueden, entre otras cosas, acceder al sacramento de la comunión.
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México, 2013
FRANCISCO, ¿El Papa reformista?