Una historia tan íntima sólo podía contarse en primera persona. En dirección prohibida (Universidad Veracruzana) es una novela autobiográfica donde Alejandra Trigueros narra, desdoblada
en el personaje de Sandra, sus desencuentros amorosos, sus
batallas emocionales, su búsqueda
del orgasmo.

Con su maestro de actuación, 16 años mayor, sufre una relación de abuso hasta que decide abandonarlo; con Dino vive un amor a primera vista, una obsesión que la hace viajar a

España; junto a Joaquín Sabina se siente la amante más torpe del mundo. Todo es real, asegura la dramaturga. Trigueros se confiesa en la novela con una voz irónica y sincera, ni en los peores momentos pierde el humor.

“Eso salió natural. Así es mi estilo
al escribir teatro, y así soy en mi vida cotidiana. Cuando algo me parece trágico, me distancio y me da risa,
pero también sufro, son las dos cosas”, afirma la autora de una decena de piezas teatrales como Una de tres 
y Muerte deliberada de cuatro neoliberales.

En dirección prohibida es su primera novela. Los sucesos que cuenta ocurrieron en 1998, de vuelta
en México enfermó de depresión
y capoteó la tristeza consumiendo drogas, hasta que tocó fondo y empezó a tomar terapia en 2001. “Seguía con
la historia dentro”, dice, hasta que en 2007 se sentó a escribir.

“Al principio me dio miedo, no sabía si lo podría conseguir, pero como estaba en el taller de Vicente Leñero,
él me guió con precisión, sabiduría
y humor”.

Una vez que encontró al narrador,