Una vez que aterriza el Mandatario en el país de visita, "La Bestia", una réplica de éste que es utilizado como señuelo, y decenas de vehículos blindados están inmediatamente listos para transportarlo.

"La Bestia" es escoltada por 27 automóviles que fueron trasladados previamente desde Estados Unidos en aviones de carga tipo C-17.

Más de 200 agentes armados del Servicio Secreto están encargados de revisar los mapas del lugar de visita, el itinerario y los operativos de seguridad, días antes de que llegue Obama, con el fin de detectar zonas de riesgo o posibles explosivos.

Además de los agentes, un equipo antibombas, perros policías y decenas de marines llegan al país anfitrión para resguardar al Mandatario. En todo momento, acompaña al Presidente un oficial militar de alto rango.

Dos helicópteros estadounidenses también forman parte del equipo de seguridad del Presidente para trasladarlo durante la visita.

Varios pisos del hotel en donde se hospeda el Presidente quedan cerrados; en algunas visitas se ha cerrado por completo el lugar. También se cierran las calles aledañas al inmueble y se suspende el transporte público cercano.

Obama viaja con prensa de su país, su propio equipo de cocineros, personal médico y staff de la Casa Blanca. Los empleados del hotel donde se hospeda no pueden tener contacto con él.

En total, el Presidente de Estados Unidos viaja acompañado por un staff de entre 500 y mil personas.

El país anfitrión también despliega un importante número de agentes en el terreno, helicópteros y francotiradores en azoteas.