La apodermia fue utilizada por las atletas romanas y por aquellas que poseían un busto grande.
Arqueólogos de la Universidad de Innsbruck descubrieron cuatro sostenes medievales -Siglo 16- de lino en un castillo austriaco, los cuales podrían ser los primeros modelos de la historia.
En 1914, la estadounidense Mary Phelps Jacobs patentó el sostén con el nombre de Backless Brasiere (corset sin espalda).
La inmigrante rusa Ida Rosenthal fundó en 1928 la compañía Maidenform, donde confeccionó el primer brasiere con diferentes tallas de espalda, tamaño de copas y medidas.
Tras la crisis financiera de 1929, las mujeres imitaban a las estrellas de Hollywood y cubrían su busto con un brasiere con copas de forma de triángulo.
Con la llegada del nylon en 1939, la industria textil dio un giro de 180 grados y produjo lencería femenina con diseños novedosos, tiras cruzadas o paralelas, anillos metálicos y broches.
Durante el estreno del filme "The Outlaw" en 1950, la actriz Jane Russell lució un brasiere diseñado por ingenieros aeronáuticos, el cual daba a los senos la forma puntiaguda similar a la cabeza de un misil.
En 1960 jóvenes quemaron sus sostenes para reclamar su libertad y derechos sexuales.
En 1967 se lanzó la primera campaña televisiva publicitando el brasiere.
El sujetador incorpora el encaje elástico en 1980
y nacen los Push Up.
La era Wonderbra (1990- 2000) trajo los rellenos
de aire y otras texturas para aumentar el volumen
de los senos.
Nacen los sujetadores inteligentes, como el Numetrex, que incorpora una válvula que toma el pulso de los latidos del corazón, o el Night Bra, que previene las arrugas del escote.
La lencería tiene sus orígenes en las antiguas civilizaciones, aunque su auge apenas data de recientes siglos. Al principio comenzó a usarse por cuestiones de higiene y abrigo, pero con el paso del tiempo, se ha convertido en una prenda que evoca feminidad y seduce por su estratégica confección.